Sus medidas son de unos cincuenta metros de longitud, siendo su nave de trece metros de ancho y consta de cinco tramos. Destacan sus grandes ventanales circulares, amplio rosetón, gárgolas en los contrafuertes y motivos de decoración escultórica en la portada oriental.
La fotografía corresponde a un lateral de la iglesia de los Franciscanos de Teruel junto a unas casas de carácter rural nos hace pensar que pueda corresponde a época de la pre-guerra civil. Tal opinión la argumentamos en base a:
Según fuentes de la sabiduría popular (abuelos, personas mayores), nos comentan que el carro (“tortana”) que vemos tirado de un burro era utilizado antes de la Guerra Civil. En la fotografía no se aprecian destrucciones en los edificios, ni huellas de “balazos”.
Así pues la foto nos ofrece una estampa de Teruel que históricamente la encuadraríamos en la II República. Ésta había sido proclamada en 1931, siendo Manuel Azaña su presidente. La república desmontó toda la estructura monárquica, buscó reformas agrarias, modernización del ejército, igualdad de sexos y admitió la autonomía regional.
En 1933 un grupo de campesinos fueron asesinados por la policía republicana y el prestigio del presidente quedó tan afectado que derivó en una nueva convocatoria de elecciones. En 1936 se convocaron nuevamente elecciones y ganaron los republicanos, pero las huelgas, la violencia y los crímenes no cesaron y el asesinato de Calvo Sotelo, hizo estallar la guerra en julio de 1936.
En Teruel, en las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, los candidatos antimonárquicos triunfaron. El resultado fue 10 concejales republicanos, 4 socialistas y 5 conservadores. El alcalde fue el republicano José Borrajo. En Teruel La II República constituía una enorme esperanza de cambio político y social para amplios sectores, como las clases medias, obreros y campesinos, marginados por la política de La Restauración.
La República intentó reformar numerosas leyes. Se intentó solucionar el paro obrero y se apostó por un estado más laico. Las mayores complicaciones se produjeron en el mundo agrario, pues el medio rural turolense estaba dividido entre una mayoría de campesinos pobres y un núcleo importante de terratenientes que veían amenazados sus intereses por una ley de Reforma Agraria.
En nuestra provincia los años 30 estuvieron marcados por la conflictividad social: huelgas, insurrecciones libertarias, anticlericalismo… En las elecciones de 1936 la derecha turolense consiguió un éxito aplastante en toda la provincia. Se intentaron resolver los problemas por la vía parlamentaria, pero resultó inútil para toda una población turolense que, sumida en la miseria, se vio obligada a la ocupación ilegal de fincas. En el verano del 36 se materializaba el Alzamiento Nacional y comenzaba la guerra.
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